Alquila un barco para una semana romántica!

por Lau Vidal

Cenas deliciosas a la luz de las velas con el ruido del mar acompañando como música de fondo, son una de las múltiples ideas que pueden surgir a la hora de planificar unas vacaciones románticas. Conforme se va fantaseando más y más al respecto de esta idea, la ilusión se convierte en motivación para empezar a investigar qué opciones se tienen: ¿ir en un crucero o alquilar un barco?, ¿qué mares navegar y qué bahías visitar?, ¿este viaje sería de su agrado, enamoramiento y alegría?, o inclusive, ¿podría ser una experiencia tan positiva que hasta podría convertirse en una broma local con un “Tú, yo y un barco alquilado por una semana. No sé, piénsalo.”

En realidad, un viaje en barco puede ser una experiencia inolvidable para una pareja que desea no sólo escapar de la monotonía y cotidianidad, también crear otras maneras que fortalezcan el vínculo de una manera cautivadora. Principalmente porque alquilar durante una semana algún velero, catamarán, goleta o yate y navegar por los mares con la pareja, no sólo permite organizar cenas románticas a la luz de la luna, con caminos de pétalos de rosa y velas decorando el espacio, también ofrece distintos beneficios para la vida en pareja:

Dado que alquilar un barco sin patrón requiere un trabajo en equipo, pasar una semana viajando en un barco provee el perfecto equilibrio entre trabajo en equipo, comunicación e intimidad.

Obviamente se vivirán aventuras marítimas y terrestres, con anécdotas a contar con risas y sonrisas. Serán experiencias que podrán enriquecer la vida en pareja.

Desayunos, comidas o cenas: vivir durante una semana en barco obliga a poner en práctica habilidades culinarias y expandir horizontes gastronómicos conociendo las especialidad de los sitios que se visiten.

Uno de los beneficios más piropeados del alquiler de barcos es la completa flexibilidad y autonomía de horarios. No hay adaptación de horarios de cruceros ni experiencias incómodas con otros navegantes.

Navegar por los mares de México puede convertirse en una experiencia bastante seductora y romántica. Por ejemplo, se puede alquilar un barco para salir de La Paz, en Baja California Sur, pasar por Ensenada, San Evaristo, Nopolo, Puerto de Gato, Bahía Agua Verde, Isla del Carmen, San Cosme, Isla San José, Isla San Francisco, Isla Espíritu Santo, Balandra y de ahí regresar a la Paz. Por otro lado, también es posible recorrer distintos puertos en la Costa Este de EE.UU., que van desde Annapolis, Fort Lauderdale, Key West hasta Miami, con climas subtropicales e infraestructuras marítimas de primera calidad. Ya sólo es cuestión de elegir el destino que más se acerque al estilo que se desea para esta escapada romántica.

por Lau Vidal

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