La fotografía significa inmortalizar una parte de ti mismo en cada captura.

Y Mary Lule, una fotógrafa de deportes y paisajes, inmortaliza su corazón con cada toma.

Siempre le ha fascinado viajar. Esto la llevó a buscar una manera de atesorar los momentos con su familia, paisaje, mares, nieve, caminos y por último – pero no por eso menos importante – ¡la comida!

Encontró que la fotografía es la mejor manera de revivir momentos increíbles para guardarlos y compartirlos con otras personas.

Pero no todo empezó ahí. Después de practicar distintas disciplinas deportivas – desde crossfit hasta maratones – se dio cuenta que la manera de guardar todas las hermosas experiencias que vivió era capturando los momentos para poder revivirlos después.

“Una foto me hace recordar el esfuerzo y el triunfo,  inmortalizando todo lo que sentí.”

Lo que realmente quiere lograr al compartir todos estos momentos y sentimientos es que la gente voltee a ver a Dios. Ayudarlo de esta manera es su propósito.

 

 

Mary cree que en la naturaleza hasta la luz se vuelve tangible, además de resaltar sentimientos en una lágrima derramada, risas, abrazos, un doblez de rodillas, el movimiento de las nubes y  las hermosas estrellas.

“Es por esto que prefiero tomar fotos deportivas y de la naturaleza.”

Para ser una fotógrafa, siempre debe contemplar y admirar todo. Una simple fotografía va más allá de sí misma, por lo que siempre intenta capturar lo que siente – pasión, agradecimiento y empatía.

Su trabajo ha sido exhibido en distintos lugares de Cuernavaca, Morelos. Para nombrar algunos: el Hotel Misión en Septiembre de 2016, el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (MUCiC) en Octubre de 2016, y un evento que tomará lugar pronto en el Instituto del Deporte.

También la entrevistó Pulsart, una revista digital:

Le gustaría decirle al mundo que no debes tener miedo a brillar.

“Puedes ser la luz que Dios quiere que seas.”

¡Conoce más de su trabajo en su página de Facebook!

 

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